ANU-AR | Asociación para las Naciones Unidas de la República Argentina
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Aprendizaje y emociones en el Modelo del Litoral


El reto de llevar un modelo fuera de Buenos Aires

De antemano el reto de trasladar un Modelo ANU-AR afuera de Buenos Aires resultaba para la Asociación todo un desafío. Desde las implicancias económicas hasta logísticas, pasando por la incertidumbre de saber si la convocatoria sería la esperada o si una modalidad lúdico-académica de estas características calaría en el espíritu de una región sin la costumbre de eventos de esta índole. Todo era vacilación ante la iniciativa que se abordaba. Sin embargo, hoy podemos decir, y sin titubeos, que el esfuerzo y la dedicación volcadas en el proyecto están de sobremanera justificadas.

En proceso autoevaluativo, todos los integrantes del cuerpo de autoridades que llegó a Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, para la realización del evento, coincidieron en que se trató de una de las vivencias más ricas y reconfortantes que atravesaron en el marco de la organización de actividades de este tipo. La satisfacción de haber realizado una actividad educativa no convencional como lo es un Modelo de Naciones Unidas, para estudiantes que nunca habían contado con una experiencia así (salvo una Delegación visitante de Buenos Aires, tanto docentes como directivos y alumnos, tenían su debut absoluto en Modelos ONU) es inconmensurable. En todo el Instituto “Malvina Seguí de Clavarino” (Sede del evento) se respiraba la ansiedad generalizada y la expectativa; profesores y alumnos tenían una y mil preguntas, dudas, temores, vacilaciones, pero, a su vez, todo iba acompañado de la sonrisa que delata el entusiasmo, las ganas de participar y la alegría de ser partes activas de un proyecto nuevo y de interés.

El día 9 de agosto se llevó a cabo la primera jornada del Modelo, consistente en un simulacro de las actividades que se desarrollarían posteriormente, los días 10 y 11 de agosto. Entre risas, en un ambiente distendido y de fraternidad, tanto con los jóvenes como con los docentes, los encargados de la capacitación compartieron una amena tarde que resultó sumamente productiva para que los participantes terminaran de comprender una dinámica de juego distinta a todo lo que conocían. Las consultas no cesaron un instante, pero esto demostraba cabalmente la compenetración de todos en la experiencia que se avecinaba. En una clara demostración de compromiso con el proyecto y evidenciando un trabajo de meses en el que habían guiado y aconsejado a los participantes, los docentes (no exentos de dudas y temores) también fueron protagonistas, animándose incluso a ponerse en el rol de Delegados para ayudar a romper el hielo y lograr que los más tímidos comenzaran a soltarse.

Tras el éxito de la capacitación vendrían los esperados días de simulación. Dos jornadas extenuantes para Delegados y Autoridades, pero ciertamente gratificantes para todos.

Las anécdotas no se hicieron esperar. Desde la Embajadora de Siria, con vestimentas clásicas y hasta simulando el acento árabe, hasta las Delegadas de China, también personificadas, gracias a las ropas suministradas por una cajera de supermercado originaria del país representado, pasando por histriónicos Delegados y participantes preocupados, tan inocentes y novatos en la materia, que preguntaban si la crisis de emergencia, inventada por las autoridades, y que se estila en los Modelos para probar la capacidad de improvisación de los Delegados, era auténtica. Vale rescatar además la presencia y la compañía constante de los docentes, algunos mates en mano y termo bajo el brazo, para hacer más llevaderas las largas horas que estuvieron siguiendo atentamente el desempeño de sus alumnos.

Todo era nuevo, todo era prueba y error, nervios, ansiedad y emoción. Quizás el nivel académico no era el mejor, pero todo se compensaba con esfuerzo, con actitud, con activas participaciones y un entusiasmo único. El primer día primó el desconcierto, eran los primeros pasos de todos en un Modelo de Naciones Unidas. Muchos no se animaban a hablar y los errores de reglamento no faltaron. Aquí vale remarcar la capacidad de las presidencias para guiar el debate, contener a los chicos, comprender sus miedos y ayudarlos a sortear los inconvenientes y empezar a disfrutar el juego.

La segunda jornada las cosas cambiaron. Ya pasada la zozobra del primer día, todos regresaron con más ganas de participar, sintiéndose más cómodos y seguros y con un entusiasmo que era aún mayor. Con las crisis de emergencia la participación creció, los cruces, réplicas y contrarréplicas entre los Delegados empezaron a copar el ambiente. Ya todos querían ser parte de la discusión, los chicos aprendían y se divertían a la vez.

Para dar variantes de juego las autoridades generaron una Cumbre especial de Embajadores, que se extendió la mañana del segundo día, y donde se discutió la violación de los Derechos Humanos en el marco del conflicto sirio. Tema relevante y de actualidad, los chicos lo conocían bien y supieron regalarnos un efervescente debate.

Los dos órganos que se representaron, Consejo de Seguridad y Asamblea General, tuvieron cada cual sus características. En el primero de ellos se dio un debate más profundo y extenso; los Delegados demostraron haberse preparado mucho para la ocasión y esto quedó plasmado en los buenos discursos iniciales de muchos de los Estados y en las acaloradas discusiones en los cuartos intermedios. Algunos de los tópicos abordados fueron la situación de Siria, Narcotráfico y Haití. Además de dos crisis de emergencia, una relacionada con atentados terroristas y otra con un conflicto suscitado en el Sahara Occidental. Asamblea General, seguramente por una mayor complejidad en sus normas de juego, resultó todo un desafío para los jóvenes, pero esto no los amedrentó. Las ideas escaseaban a la hora de presentar propuestas acerca del tema que los reunía: “Examen amplio de toda la cuestión de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz en todos sus aspectos”, pero la dedicación, el esfuerzo y el apoyo de las autoridades, potenció al máximo todo el trabajo previo que docentes y alumnos habían realizado.

El cierre de las actividades tuvo sus características particulares, también, en cada comisión. En Consejo de Seguridad brilló el espíritu amistoso y desestructurado; entre bromas, ya todos más distendidos, los chicos dieron sus impresiones sobre esta nueva experiencia y se mostraron fascinados con ella y decididos a volver a experimentarla. La Mesa de Presidencia les regaló sus agradecimientos y coronó el cierre con golosinas para los participantes.

En Asamblea General la emoción fue protagonista. Entre las lágrimas de docentes emocionados de ver el fruto de su esfuerzo reflejado en los chicos y el agradecimiento de todos los participantes a quienes organizaron esta actividad, se fue dando cierre al órgano. No faltaron las palabras de agradecimiento de las Autoridades, a quienes también se les escapó alguna lágrima de emoción, al ver concluido con tanto éxito un proceso que conllevase horas y horas de esfuerzo.

El acto de clausura pondría el broche de oro a una inolvidable vivencia; aplausos, risas y expresiones de alegría colmaron el recinto. En este ambiente de contento generalizado se hizo entrega de las menciones y las distinciones que coronan todo Modelo. Como es característica de ANU-AR, los reconocimientos individuales y grupales fueron acompañados de una afanosa devolución a los Delegados, en el intento de hacer escuela sobre el fin pedagógico de los Modelos de Naciones Unidas, y trasmitiendo con claridad los porque de cada elección, con el objetivo de que el participante comprendiese sólidamente los criterios de evaluación y se llevase parámetros y pautas claras para abordar las experiencias futuras de este tipo.

Ocho jóvenes universitarios comprendieron el equipo ANU-AR que realizó las tareas de Coordinación del Modelo. Javier Amaral, Alejandro Lezaola y Elio Pascutti, se desempeñaron impecablemente como Oficiales de Conferencia e, incluso, dieron sus primeros pasos participando de las mesas moderadoras. Completaron el Staff, Nahuel Banegas Romañach y Celeste Néspola, vicepresidentes de Consejo de Seguridad y Asamblea General, respectivamente; José María Cánepa y Federico Marenghini, presidentes de Consejo y Asamblea, respectivamente; y Antonela Tedesco en el rol de Secretaria General.

Tras estas tres jornadas inolvidables no podemos menos que agradecer la buena voluntad y la colaboración de los responsables del Instituto “Malvina Seguí de Clavarino”, congratular a los docentes acompañantes de las distintas delegaciones, tanto del Colegio anfitrión como de las instituciones visitantes y, finalmente, felicitar a todos los participantes por igual, por haber asumido reto semejante y darnos así la enorme felicidad de poder compartir con todos ustedes esta bellísima experiencia no sólo académica, sino, especialmente, de vida.