Las relaciones internacionales en los ámbitos del deporte

Dictadores como Hitler, Musolini, Franco o Videla apelaron al deporte para propagar sus ideas, pero también jefes de estado legítimos como Obama, Sarkozy o Putín se rinden ante su embrujo. Un peculiar recorrido por la historia propuesto por el periodista Alejandro Di Giacomo, desde el 8 de mayo en el curso “Deporte y política internacional”, que por segundo año consecutivo organiza ANU AR.

El nazismo montó una fiesta aria en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 con complicidades internacionales. En la misma década Benito Musolini hizo ganar el Mundial de 1934 a Italia con trampas y Francisco Franco transformó al Real Madrid en su embajador. En plena guerra fría, la Unión Soviética llevó a Juan Antonio Samaranch a la presidencia del Comité Olímpico Internacional con respaldo de multinacionales capitalistas. Pekín fue sede de los Juegos Olímpicos de 2008 a pesar de las violaciones de los derechos humanos del gobierno chino, con respaldo de la comunidad internacional. Hace poco, Barack Obama se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en defender en persona una candidatura olímpica, mientras Nicolas Sarkozy reprendió al plantel de seleccionado de fútbol de Francia tras Sudáfrica 2010 y Vladimir Putin hizo lobby para conseguir los Juegos de Invierno de 2014 y el Mundial de fútbol de 2018.

En síntesis, cuatro encuentros que recorren la historia contemporánea a través del deporte.

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