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ANU-AR es miembro de WFUNA
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Debates y negociaciones a pleno en el Senado


Discurso de Apertura MONUCBA (Secundario) ANU-AR 2013


Silvia Perazzo
Durante estas tres jornadas abordaremos diversos temas de sustancial importancia global. Me gustaría empezar por aquellos tópicos pertenecientes a la Cumbre Especial. ¿Que tienen de particulares estos temas? Tienen en particular que no han sido debatidos por Naciones Unidas. Preguntarán algunos. ¿Por qué tocarlos entonces en un Modelo de Naciones Unidas? Precisamente por eso, por que no han sido tomados en cuenta.

Subsisten variados vacíos de contenido en los Foros Internacionales, temas que por negligencia, por falta de visión o simplemente por conveniencia política, son relegados u olvidamos. No sólo tenemos el derecho de tocar estos temas, es nuestro deber hacerlo.

Uno de esos temas, es la “aplicabilidad de un tribunal medioambiental”. Me llama poderosamente la atención que uno de los obstáculos más grandes para esta Corte, sea que no hemos sabido definir lo que es un crimen ambiental. ¿Es un problema semántico nada más? Entonces contratemos a un profesor de literatura y solucionemos el inconveniente. Evidentemente no es tan sencillo. El egoísmo industrial y el descaro consumista, hacen que pese más un dólar que la vida de un árbol, que pese más un contrato empresarial que millones de litros de agua potable, que pese más la necesidad de petróleo que la salud de un niño.

Los valores de nuestra sociedad se han desvirtuado notoriamente, inclinándose por un negligente cortoplacismo, que ha hecho colapsar el valor imprescindible de la naturaleza, en manos de un valor simbólico como lo es el dinero. De allí que en nuestro tópico hablemos de “desafíos políticos”; escapar al laberinto de los intereses mezquinos será uno de los retos principales de esta Comisión.

El otro tópico de la Cumbre remite a la “justicia informática”, y nótese que no decimos “derecho informático”, pues no es tan importante la ley por si misma, como el expresarla en términos de justicia. No hay ley que sirva sino se cumple y no sirve si no hace el bien. La tecnología y las comunicaciones se han masificado y cambiado la forma de vivir y la forma de interpretar la realidad diaria. ¿Quién hubiera dicho hace 10 años que la sociedad tendría tal dependencia de los teléfonos celulares? ¿Quién hubiera dicho hace sólo 5 años que facebook pasaría a ser parte infaltable de nuestra cotidianeidad? Y la pregunta más importante, a este paso ¿que veremos dentro en un año, en una década? Hasta el cansancio los medios han hablado de la importancia de los celulares y de las redes sociales en las revueltas de la Primavera Árabe. Estas nuevas formas de comunicarnos han pasado a ser parte del día a día y una herramienta política y, por esas dos cosas, también han pasado a ser un derecho. El derecho de expresarnos, de asociarnos, de informarnos. Nuevas tecnologías crean nuevas formas de comunicarnos y es nuestro deber, una vez más, reglamentarlas para hacerlas más justas. ¿Por qué debo ser transformado en un número para que me vendan a una multinacional? ¿Porque debo verme excluido del sistema para que no negocien con aquello que es mío y sólo mío: mis gustos, mis inclinaciones, mis ideas, mis fotos, mi vida? Hoy la privacidad toma nuevas formas y eso no significa que deba estar despojada de garantías. En un mundo globalizado, la intimidad y la propiedad de nuestras ideas es un bien que no debemos regalar. Otro gran desafío tendremos aquí, Delegados. Y de la mano de lo mencionado el “Software libre”. Algo que se hace tan masivo y necesario como un sistema operativo, ¿debe ser privado o debe ser puesto al alcance de todos? ¿Debe seguir siendo un servicio privado o debe priorizarse el progreso instando lo público y lo gratuito? Muchas preguntas que ustedes mismos se encargarán de dilucidar.

En la Asamblea General debatiremos sobre la posible implementación de un zona libre de armas nucleares en Oriente Medio. Otro ejemplo claro de falta de voluntad política y sobre todo de miedo, miedo al otro, miedo a aquel con el que compartimos el mismo vecindario. Confiar en nuestro vecino parece ser más difícil que resolver el cubo de rubik con una sola mano; ¿tanto nos puede costar algo tan sencillo? El día que logremos una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio no será por la firma de un protocolo o la ratificación de un Tratado, sino porque tendremos el valor de dejar de tener miedo. Aquel que más armas acumula es el que más miedo tiene y prefiere destruir al otro a la vez que se destruye a si, antes de tener el valor de no temer, el valor de ceder, el valor de negociar, el valor de buscar una respuesta que nos convenza a todos y nos reste muchas muertas.

En Asamblea también veremos las polémicas intervenciones preventivas, de la que se ha hecho uso y abuso reiteradas veces. ¿Porque huele a petróleo, o a coltán, o a uranio cada vez que vemos una intervención extranjera? ¿Por qué cada vez que huele sólo a sangre de inocente, a niño mutilado, a tierra sin ley, a muerte, no vemos el mismo interés justiciero? ¿Es la intervención preventiva un recurso válido? Muy probablemente. Ojala Naciones Unidas no hubiera tardado tanto en prestar su ayuda en Kosovo, en Somalia, en Rwanda. Y por otro lado, ¿como garantizar que algunos no abusarán de este recurso?. Prevenir es curar dicen. Pero en el sistema internacional prevenir también ha sido dañar, ha sido herir, ha sido agredir.

El Consejo de Seguridad Convencional nos traerá un puñado de temas actuales. Serán los propios Delegados quienes decidan la agenda. ¿Con que nos sorprenderán? ¿Con Siria acaso? Y la gran pregunta de porque aún no se ha intervenido en defensa de miles de civiles. ¿Acaso Malí? Y la preocupante situación del extremismo islámico esparciéndose por el todo el Sahel africano. ¿Será acaso Corea del Norte? Ese país de cuento. Con Presidentes eternos, con monarcas locos y príncipes niños, donde sobran los malos y hay tanta demanda de héroe. Un país de cuento, si, de cuento de terror lamentablemente. No sabemos que temas elegirán los Delegados, pero esta Secretaría les desea que, cualquiera que fueren, sean afrontados con la lucidez que tanto necesita la diplomacia, con la sensatez que hoy escasea más que los osos panda y con la buena voluntad, que si bien debería ser moneda corriente, hoy, atrozmente, es un tesoro difícil de encontrar.

Finalmente tenemos el Consejo de Seguridad Histórico. Un gran desafío donde tendrán una oportunidad que a los hombres no nos está permitido: volver a vivir la historia. Entrar en una máquina del tiempo y trasladarnos a 1980, a uno de los más álgidos momentos de la Guerra Fría. Rever el pasado es una obligación de las generaciones actuales y hoy podemos, además, ser protagonistas de ese ayer. Y porque no, hasta cambiar la historia. Pero siendo más realistas la historia no se cambia con máquinas del tiempo, la historia se cambia en el presente, ni en el ayer que ya sucedió ni en el mañana que no existe, la historia se cambia hoy. Así que comencemos ya mismo, y apurémonos, porque el ahora dura casi tanto como nada. La historia la podemos empezar a cambiar ya mismo, apenas termine este discurso.

Muchas gracias.

José María Cánepa

Coordinador General de Modelos ANU-AR