La aspiración de un mundo mejor

Por Silvia Perazzo
Presidenta de ANU-AR

Hace 70 años, luego de una de las grandes hecatombes de la humanidad, surgían las Naciones Unidas como un sistema de seguridad colectivo que buscaba “evitar a las generaciones venideras el flagelo de la guerra”. Junto a esta declaración, se enumeraban los principios y propósitos de la Organización y un sistema internacional más justo que renunciaba a la guerra como método de resolución de controversias entre los Estados.

Cuando fundamos ANU-AR lo hicimos desde el idealismo de pensar que un mundo con estas características era posible. Es cierto que los cientos de conflictos armados que se desarrollaron desde la creación de las Naciones Unidas, los vetos cruzados en el Consejo de Seguridad en cuestiones trascendentales para la paz y la seguridad internacionales, la inacción de la Asamblea General, las Cumbres estériles que daban como resultado declaraciones vacías, nos volvieron críticos del sistema de Naciones Unidas y a la vez grandes escépticos. Sin embargo, es en esta etapa de análisis y reflexión sobre la historia contemporánea y las relaciones internacionales que un grupo de personas preocupadas por el mundo en que vivimos decidimos unirnos para formar ANU-AR, una asociación que lleva el nombre de Naciones Unidas como una profesión de fe en que sus propósitos alguna vez anuncien un mundo mejor, pero que no espera que sean los decisores políticos quiénes los logren sino que confía en la capacidad de transformación que tiene la sociedad civil. Si la historia es una construcción social, construyamos un mundo diferente. El 10 de noviembre de 2005 nació ANU-AR como una organización que buscó en la educación, la excelencia académica, el compromiso y las conductas pro activas fomentar el análisis crítico de la realidad nacional e internacional en pos de generar conductas que contribuyeran a lograr un mundo más pacífico.

Nuestro primer objetivo fue organizar Modelos de Naciones Unidas que fueran de excelencia académica, y transparentes en sus resultados y organización; buscamos ir más allá de un simple juego de rol: buscamos despertar vocaciones, descubrir habilidades y la reflexión consciente sobre el mundo actual. Así secundarios, universitarios y profesionales encontraron un lugar donde reflexionar y proponer medidas creativas, reales y posibles para los grandes problemas que aquejan a nuestro mundo.

Casi instantáneamente surgieron jornadas sobre relaciones internacionales e historia contemporánea en las que los mejores profesionales se dieron cita para socializar el conocimiento sobre los grandes temas de nuestro tiempo. Decenas de académicos, periodistas, profesores y profesionales de diferentes áreas, ONGs y universidades nos aportaron su trabajo y experiencia para potenciar cada actividad de ANU-AR. Seminarios, conferencias, Modelos de Naciones Unidas, talleres de formación docente, cursos de capacitación de profesores, concursos literarios, jornadas de historia y relaciones internacionales, el deporte y la política internacional, reunieron año tras año a cientos de asistentes interesados en reflexionar sobre el mundo de hoy.

Ágora Internacional, es la revista de ANU-AR que se canalizó como un proyecto editorial. Un poco más tarde, ANU-AR inició un proyecto de acción social: apadrinar y acompañar a los chicos de una escuela rural para que terminaran sus estudios primarios y continuaran estudiando el colegio secundario. Son los chicos de la Escuela rural N° 15 “Justo José de Urquiza” de la localidad de Médanos, en Entre Ríos.

Con el paso del tiempo, cada actividad pudo replicarse en las provincias argentinas: de esta forma, se organizaron Modelos de Naciones Unidas en el Litoral, la región cuyana y la Costa Atlántica. Las capacitaciones docentes y los seminarios y conferencias también se replicaron en diferentes ciudades del país. En el 2014 ANU-AR fue reconocida internacionalmente siendo invitada a participar de la Cumbre Internacional para ONGs organizada por JWF en Estambul, Turquía, y en el Human Rights Training Course organizado por WFUNA en Ginebra.

A partir del compromiso, el esfuerzo, el trabajo en red, la decisión y la capacitación nos sentimos un poco más cerca de colaborar con un mundo que evolucione hacia formas más pacíficas y más equitativas. Independientemente de aquello que hagan o no, los decisores políticos nacionales e internacionales.

Queda muchísimo por hacer, y hacia ese objetivo vamos.
Por muchas décadas más.