El Laborismo golpeado y en crisis sueña con un
“Obama británico”
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Nació en una familia conformada por un nigeriano y una mujer de origen irlandés alto burguesa, y por tanto símbolo de cambio por sus raíces. Umunna hizo el anuncio de su postulación en perfecto estilo "nuevo", publicando un video en su perfil de Facebook, al amparo de las redes sociales. "Estoy encantado de anunciar que me presento a liderar el partido", declaró. Pocas palabras para prometer que llevará a los laboristas de vuelta al gobierno en solo "cinco años", es decir para 2020, no en 10 como alguien sugiere. Y para invocar una sacudida en el norte, sur, este y oeste, es decir allí donde faltaron los consensos necesarios para derrotar a los conservadores de David Cameron en las elecciones recientes.
Umunna hizo una mención explícita al norte, lo que significa a Escocia, tierra donde el partido laborista estaba fuertemente arraigado y de donde fue borrado del mapa la semana pasada, debido a la avalancha de los independentistas del Scottish National Party (SNP). En cuanto al programa, aún solo hay algún slogan. Por un lado, su compromiso a cambiar el país para construir "una sociedad más justa y equitativa", lo que implica un guiño a la izquierda interna, y por otro, referencias a la necesidad de recuperar a la clase media, según los dictámenes de lo que fue el New Labour de Tony Blair.
Ministro a la sombra de Actividades productivas en los últimos años, Umunn -que es abogado de éxito, sofisticado orador y diputado telegénico- es en efecto "hijo legítimo" de la prole de Blair, si bien fue en los años de Gordon Brown y de Miliband, políticos que trataron de archivar la experiencia del New Labour para llevar el partido un poco más a izquierda, cuando ascendió a la jerarquía del partido.
De todos modos su desafío parece claro: traer un viento de aire fresco, encarnando una suerte de "blairismo" renovado: no en vano Peter Mandelson, que fue la "eminencia gris" de Blair, hace tiempo que lo había adoptado. Las características justas para intentar imitar las huellas de Barack Obama a este lado del Océano las tiene casi todas: tiene los genes del "melting pot" (crisol de culturas), conquista a las minorías pese a su modo de hablar, y es joven.
Pero no está dicho que baste, ya que el perfil del "predestinado" que los analistas le han colgado desde su debut corre el riesgo de perjudicarle, haciendo que luzca distante a una parte de los militantes de base, opinan los entendidos. Y, por otro lado, tener menos de 40 años podría ayudar a sus rivales a hacer pasar el mensaje de que está destinado a ser líder pero más allá en el tiempo.
El afro descendiente tendrá que enfrentarse con Andy Burnham, ministro a la sombra de Sanidad y benjamín de los sindicatos, que sin embargo tendrá en contra a todos aquellos contrarios a un candidato que dé continuidad a Miliband, ya que atribuyen al giro del ala izquierda del partido la culpa del duro revés electoral. Al final la verdadera adversaria podría ser la escocesa Yvette Cooper, parecida a él como perfil político, menos carismática, pero sólida en el establishment laborista. Y con el factor de ser mujer a su favor.
Así, si Umunna sueña con convertirse en el “Obama del Támesis”, quien sabe si ella no podrá convertirse en “su Hillary Clinton”.
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