Diplomáticos ingleses forzados a hacer cursos de capacitación

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"Un embajador es sólo un hombre honesto enviado al exterior por el bien de su país", afirmaba el poeta y embajador británico Sir Henry Wotton a fines del siglo XVI, pero ser diplomático hoy en el Reino Unido es una tarea mucho más complicada. Por lo tanto, como los enviados de Su Majestad parecen haber perdido del brillo de otros tiempos, el Foreign Office decidió mandarlos de nuevo a la escuela. De "buenas maneras", naturalmente, pero también de Twitter y redes sociales, porque la diplomacia contemporánea ya no se ejerce solamente en los salones iluminados para las fiestas.

La idea de una academia especial había sido lanzada por el ex ministro de Exteriores William Hague, convencido de que los diplomáticos británicos están perdiendo su atractivo respecto de sus colegas y rivales del Quai d'Orsay francés. Se cuenta que al ex jefe del Foreign Office le disgustó en particular la carencia de conocimiento de idiomas de los embajadores, "incapaces de conversar con naturalidad en árabe o chino".

De este modo, el proyecto se hizo realidad. El sucesor de Hague, Philip Hammond, inauguró esta semana en la sede del ministerio una academia que estará abierta a los 14.000 empleados de las 270 embajadas británicas en el exterior. "Queremos convertirnos en los número uno en el mundo", anunció con tono triunfal el jefe de la diplomacia británica, según lo reprodujo la agencia ANSA.

Los diplomáticos, en cambio, parecen menos entusiastas pero admiten que los continuos recortes al sector y el aumento de la carga de trabajo empobrecieron la formación, con la consecuencia de tener personal menos preparado. Por eso, junto a las "nuevas tecnologías", en la nueva academia -donde enseñará también la ex secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright- se recomenzará con las materias más tradicionales, como arte de la negociación, cómo reaccionar ante una situación de crisis o una explosión de virus Ebola.

Y naturalmente estarán presentes los grandes clásicos: economía, política, defensa, inteligencia y seguridad. Pero como entretanto Wikileaks enseñó al mundo de la diplomacia los peligros de un e-mail, el Foreign Office británico incluyó entre las materias de estudio las "nuevas artes de la diplomacia", para asegurarse de que los embajadores de la reina sepan twittear, realizar un blog o usar el correo electrónico sin revelar secretos de Estado ni cometer errores.


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