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ANU-AR | Día del Refugiado, 20 de junio: las tragedias no se detienen

Día del Refugiado, 20 de junio: las tragedias no se detienen

Un mundo global que se jacta de sus avances tecnológicos, de una medicina moderna capaz de prolongar la expectativa de vida a límites insospechados y con una ciencia que sorprende cada día, no es capaz de resolver la crisis de los refugiados. Niños, mujeres y hombres que huyen de lo peor y que suman más de 50 millones, una cifra que se supera por primera vez desde Segunda Guerra Mundial.

La negligencia de los líderes internacionales está condenando a millones de refugiados a la miseria y a miles a la muerte por no ofrecer el respaldo necesario para protegerlos, denunció recientemente Amnistía Internacional, a pocos días de celebrarse el Día Internacional del Refugiado, el 20 de junio.

Guerras atroces, violencia espeluznante, redes de tráfico de personas y Gobiernos que persiguen intereses políticos egoístas en vez de mostrar compasión, ese es el panorama que describió crudamente la ONG.

Algunas regiones son especialmente críticas con un fenómeno que ha llevado al Papa Francisco a reclamar una pronta intervención de los gobiernos. Más de la mitad de la población siria, por ejemplo, ha huido de sus casas. De ellos, cuatro millones se han refugiado en el extranjero, la mayoría (el 95 %) en Estados vecinos como Turquía, el Líbano, Jordania, Egipto e Irak.

En 2014, 219 mil personas de distintos países cruzaron el mar Mediterráneo en condiciones de peligro extremo, 3.500 de ellas fallecieron. Buscaban un lugar mejor donde vivir en paz.

Pero no sólo el Mediterráneo. ACNUR -el Alto Comisionado de Naciones Unidas que se ocupa de esta problemática- alertó días atrás sobre el aumento del flujo de refugiados e inmigrantes en los Balcanes occidentales, donde la cifra de solicitantes de asilo se ha multiplicado por cuatro en los últimos tres años. Las autoridades del sur de Serbia se encuentran desbordadas ante las peticiones de ayuda humanitaria, registro y alojamiento de los cerca de 200 inmigrantes que llegan a su territorio cada día tras cruzar la frontera con Macedonia. La mayoría de inmigrantes que frecuentan esta ruta se trata de refugiados procedentes de países en conflicto, principalmente de Siria, Afganistán, Irak, Eritrea y Somalia. La mayoría llega a través de Grecia, y con la enorme cantidad de inmigrantes que han desembarcado en su costa en los últimos meses, se espera que crezca el número de personas que transitan esta ruta.

Mientras la Unión Europea planea repartir los refugiados que llegan al Viejo Continente entre los estados miembros, al mismo tiempo muchas naciones ponen trabas a esos seres que escapan de los tormentos. Países limítrofes con Italia, como Francia y Austria, han decidido limitar el flujo de inmigrantes por sus fronteras meridionales y aplicar a rajatabla las reglas comunitarias, que permiten la expulsión de quienes no tengan permiso de estancia legal.

Pero también América Latina padece el problema. Las solicitudes de la condición de refugiados presentadas por hondureños fue de 1.500 en 2009 y pasó a cerca de 5.000 en el 2014. Un informe de ACNUR establece que el 57% se encuentra con necesidades de protección internacional, el 44% está amenazado por el crimen organizado, el 24% sufrió abusos en casa y el 11% se ha desplazado por varias razones.


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